DIXLESIA
Se llama dislexia al trastorno de la lectura que imposibilita su realización correcta. Aunque convencionalmente el término se aplique también a la dificultad para una correcta escritura, en este caso el término médico apropiado es el de disgrafía. En términos más técnicos, en psicología y psiquiatría se define la dislexia como una discrepancia entre el potencial de aprendizaje y el nivel de rendimiento de un sujeto, sin que existan problemas sensoriales, físicos, motores o deficiencias educativas (según el DSM-IV).
Estudio
La neurolingüística y la psicología del lenguaje se encargan de estudiar la dislexia. La ciencia aplicada que estudia su tratamiento es la psicopedagogía. Los profesionales que normalmente la estudian son licenciados especializados en cerebro y aprendizaje tales como los neuropsicólogos y los psicólogos del aprendizaje/psicopedagogos (psicopedagogía). El tratamiento de la dislexia debe llevarse a cabo por profesionales especializados; como son los anteriores; los logopedas (logopedia) o los maestros especializados en trastornos del aprendizaje; siendo en general preferible los del primer grupo (neuropsicólogos y psicopedagogos) por sus mayores años de formación.
¿En qué consiste este trastorno?
Existen varias y a veces opuestas versiones y explicaciones. Antiguamente, se decía que la dislexia se debía a deficiencias del sistema visual. Pero con el tiempo, la investigación ha tendido a demostrar que el invertir letras o palabras, se debe a un defecto relacionado más con el sistema del lenguaje, o al menos así lo cree la mayoría.
El proceso del lenguaje
Según un estudio que se encuentra en la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, la dislexia es una deficiencia en el procesamiento de las unidades lingüísticas básicas, llamadas fonemas, que componen todas las palabras habladas y escritas. Es decir que para entender qué es la dislexia y por qué se produce, se necesita revisar brevemente el procesamiento del lenguaje en el cerebro.
Antes de que las palabras puedan ser identificadas, entendidas, almacenadas en la memoria o sacadas de ella otra vez, el cerebro las tiene que descomponer y segmentar en "unidades fonéticas". En el lenguaje hablado, este proceso se realiza automáticamente. Sin embargo, cualquier falta o defecto en este procesamiento del lenguaje, perturba la descodificación e impide, por tanto, que la persona logre identificar una palabra. La dislexia afecta exclusivamente a los procesos lingüísticos implicados en la significación de las palabras, en la gramática y en el discurso. Estos procesos cuando están afectados por la dislexia, parecen hallarse plenamente capacitados para cumplir su misión, pero su actividad está bloqueada por alguna carencia en la más básica función del procesamiento fonológico. Así, se explica por qué a algunas personas muy inteligente, se les hace difícil aprender a leer o realizar otras tareas relacionadas con el lenguaje.
Curso de la dislexia
Edad de diagnóstico y duración del trastorno
Los signos de la dislexia pueden variar a medida que el niño crece. En general estos trastornos se observan por primera vez cuando el sujeto está aprendiendo a leer, aunque pueden estar latentes desde mucho antes. Al mismo tiempo puede ocurrir que la dislexia no se diagnostique hasta muchos años después. Por ejemplo es común que los niños que tienen un alto cociente intelectual, compensen esta patología y pase desapercibido hasta que las exigencias de comprensión de la escuela aumentan.
Existe discusión sobre si el trastorno perdura toda la vida y solo se minimizan sus consecuencias o si desaparece gracias a los tratamientos. Sin embargo hay acuerdo en que, cuanto antes se empiece el trabajo, menores van a ser las consecuencias.
También es importante tener claro que este trastorno trae dificultades importantes en la vida diaria, pero están localizadas en un dominio específico (lectura y escritura), no existen dificultades en los otros dominios, ciertas limitaciones una vez superadas el periodo escolar, permite llevar una vida prácticamente normal.
Curso evolutivo de la dislexia
De los 3 a los 5 años, el niño disléxico puede tener un desarrollo lento del habla y dificultades de pronunciación, pueden aparecer dificultades para aprender rutinas y memorizar números, letras, los días de la semana, canciones o los colores; la manipulación de sus prendas de vestir etc. Sin embargo existe controversia sobre si esto es más propio de la dislexia o de otros trastornos del aprendizaje.
En este período es importante observar cómo se encuentran los requisitos del aprendizaje del lector-escritura. Pese a ello es raro diagnosticar a los sujetos de dislexia antes del comienzo de la etapa escolar, al apenas haberse enfrentado a tareas lectoras.
Entre los 6 y los 8 años, la mayor complicación que presentan es en la asociación grafema-fonema (letra-sonido), aparecen más raramente en la literatura son dificultades en operaciones de lógica espacial y en la memoria secuencial. En algunos casos, comienzan a evidenciarse déficits en otras áreas académicas, por ejemplo las matemáticas. En la mayoría de los casos esta Discalculia no es primaria sino que se debe a dificultades de comprensión en los enunciados de los problemas.
En este mismo rango de edad y hasta los 11 años, aproximadamente, el niño puede confundir los números, las letras o cambiar el orden de éstas; presenta dificultades en la pronunciación de las palabras que lee y tiene dificultades para comprender las lecturas.
Posteriormente y hasta la edad adulta las dificultades más importantes aparecen en la comprensión de textos y son mayores cuantos más complejos es el texto a leer.
Explicación cognitiva de la evolución sintomatología de la dislexia
Desde el paradigma psicológico del procesamiento de la información estas dificultades se explican porque las personas sin dislexia automatizan procesos que las personas con el trastorno tienen dificultades para automatizar. Para estas teorías el cerebro tiene unas capacidades de procesamiento limitadas y si estas se superan, se ralentizan los procesos o incluso se cometen errores. Por eso lo niños pequeños leen de forma lenta, cometen errores en la decodificación grafema-fonema (letra-sonido) y tienen grandes dificultades para la comprensión. Además tienen más dificultades con aquellas palabras menos conocidas o más largas por exigir estas más recursos cognitivos. Posteriormente conforme los niños van automatizando la mecánica lectora cada vez tienen más recursos para dedicar a comprender el texto; y finalmente incluso esto se automatiza en gran parte. En los sujetos con dislexia esta automatización se da en menor medida por lo que cometen durante mucho más tiempo errores; e incluso ya de adultos, cuando a simple vista la velocidad y precisión de la mecánica lectora parecen correctas tienen dificultades de comprensión al seguir utilizando la mayor parte de sus recursos en la decodificación grafema-fonema. Así mismo los adultos con dislexia son comunes que sigan cometiendo más errores y sean más lentos que los grupos control en la lectura de palabras inventadas o poco comunes.
Tratamiento de la dislexia
Una máxima que debe guiar el tratamiento es el “sobre aprendizaje”. Es decir, volver a aprender la lector-escritura, pero adecuando el ritmo a las posibilidades del niño. También hemos de tener en cuenta que tanto en la escuela como en casa, para un niño disléxico las tareas escolares le van a ocupar más tiempo y esfuerzo que a otro niño cualquiera, lo que las convierte a veces en un trabajo arduo y pesado, y por tanto, una tarea que causa frustración y rechazo. Por ello, en la reeducación es importante encontrar actividades que sea motivadoras para el niño acercándole de una manera más lúdica a la lectoescritura. Además el tratamiento dependerá de la edad y momento evolutivo del niño. La necesidad de este tratamiento diferenciado está muy unida a los cambios en el curso del trastorno.
El tratamiento en las diferentes edades
En los cursos de infantil será fundamental incidir de manera preventiva; y por tanto sobre todos los niños; en los requisitos de la lectura. Entre todos ellos será clave el aumento de la conciencia fonológica. Para ello se utilizarán materiales orales (aun no se ha comenzado la lectura), en los que los niños deberán crear rimas, derivar palabras, dividir palabras en sílabas, etc.
Entre los 6 y los 9 años los objetivos serán por un lado aumentar la conciencia fonológica; tanto oral como escrita; y por otro mejorar la automatización de la mecánica lectora. Para lo primero se utilizarán recursos similares a los de la etapa anterior; para lo segundo se tratará de lograr que el niño practique lo más posible la lectura en voz alta. Tanto en este momento, como en los posteriores, es fundamental que el sujeto lea lo más posible como forma de mejorar sus habilidades. Sin embargo esto no es tarea fácil, ya que al niño o adulto con dislexia el leer puede resultarle una tarea agotadora y poco grata. Por tanto será fundamental encontrar textos adecuados a la edad e intereses del sujeto y motivarle de forma que leer le resulte una actividad atractiva.
En esta misma línea también será fundamental concienciar a los padres y profesores de estas edades de las dificultades del niño, de forma que no se le exija por encima de sus posibilidades ni se sienta inferior a sus compañeros.
A partir de los 10 años está comprobado que es difícil aumentar la conciencia fonológica y la automatización de la lectura. Desde este momento los objetivos serán diferentes; buscando fundamentalmente la enseñanza de estrategias de comprensión de textos (búsqueda de palabras clave, subrayadas, resumen, etc.)
Estrategias de compensación: se da a partir de los 10 años para complementar la rehabilitación. Algunos instrumentos de ayuda pueden ser las calculadoras, grabaciones de voz, tablas de datos o la presencia de un adulto ayudándole con la lectura oral del material de estudio. Los procesadores de texto son interesantes al corregir las faltas de ortografía y ayudar a escribir con el soporte de diccionarios personalizados y temáticos. Finalmente en los últimos años han aparecido programas informáticos capaces de transformar textos digitales a audio (voz digital) permitiendo la adquisición de conocimientos a través de las capacidades conservadas como la comprensión del lenguaje oral y la memoria auditiva. Estos programas pueden ayudar al alumno, tanto en la escuela, como en casa en sus tareas escolares; pero también es aconsejable su uso entre los adultos profesionales en su vida laboral.
Terapias de controversia en la dislexia
Existen terapias que aseguran curas rápidas o casi milagrosas; que gozan de gran difusión en el mundo; y que sin embargo no tienen estudios que respalden suficientemente su utilidad o que incluso estén desaconsejados. Antes de decidirse por un tratamiento parece fundamental enterarse por fuentes fiables de si realmente está comprobada su eficacia.
Entrenamiento visual optometrito (optometría) se basa en la teoría de que la dislexia se debe a un defecto visual y consiste en ejercicios de rastreo visual, control binocular, etc.
Lentes de colores: Se basa en las teorías de Irlen y pese a que desde los años 80 este método ha gozado de gran publicidad como tratamiento de la dislexia no existen suficientes estudios científicos que prueben su eficacia.
Entrenamiento cerebelo-vestibular: se basa en las teorías que afirman que el problema de base de la dislexia es en realidad un problema del cerebelo y el oído (centros del equilibrio); y consiste fundamentalmente en ejercicios dirigidos a mejorar la estabilidad, o fármacos anti-vértigo. No hay pruebas que respalden ni esta teoría ni los tratamientos que propone.
Terapia de integración sensorial: Se basa en la teoría de que los problemas de aprendizaje y los problemas motores se deben a un déficit de integración sensorial. Se ha comprobado su ineficacia frente a otros programas de intervención.
Retroalimentación electroencefalográfica (EEG Biofeedback): Se basa en la suposición de que tanto en la dislexia como en otros trastornos hay un funcionamiento cerebral anómalo de base. Esta terapia considera que si se modifican los patrones electroencefalográficos se modificarán igualmente las dificultades externas.
Cinesiología aplicada (osteopatía craneal): Propone que la dislexia y los trastornos del aprendizaje son secundarios a un desplazamiento de los huesos temporal y esfenoidal. Por lo que ‘una manipulación ósea casi infinitesimal’ corregiría la discapacidad y desaparecerían los síntomas. Los ‘reflejos cloacales’ se describen como localizados en la superficie anterior y posterior de la pelvis; estos reflejos centran la pelvis para coordinar la cabeza y el cuello con la porción inferior del cuerpo, por medio de los reflejos de enderezamiento visual y laberíntico, y de los receptores tónicos del cuello. Este tratamiento quiropráctico y osteopático para los trastornos del aprendizaje no se basa en ninguna investigación conocida y algunos de sus conceptos anatómicos no coinciden con lo conocido actualmente
Tipos: Primera distinción
Algunos autores distinguen entre: La dislexia adquirida es aquella que sobreviene tras una lesión cerebral concreta, mientras que la dislexia evolutiva es la que se presenta en pacientes que de forma inherente presentan dificultades para alcanzar una correcta destreza lectora. Por su parte, el retraso lector es un trastorno lector motivado por causas específicas: baja inteligencia, mala escolarización, etc.
Según el tipo de síntomas predominante:
Dislexia fonológica: Es aquella en la que el sujeto utiliza de forma predominante la ruta visual para leer las palabras. La ruta visual es aquella que nos permite leer de manera global (sin dividir la palabra en partes) palabras conocidas. Esto lleva a dificultades en todas aquellas palabras no conocidas o inventadas.
Dislexia visual o superficial: Es aquella en la que el sujeto utiliza de forma predominante la ruta fonológica. La ruta fonológica es aquella que nos permite leer las palabras regulares a partir de segmentos más pequeños; (sílabas).
Sin embargo los sujetos con este tipo de dislexia tendrán problemas en aquellas palabras cuya escritura no se corresponde de forma directa con su pronunciación. En castellano estas palabras son raras por ser una lengua transparente y fundamentalmente son anglicismos como hall, thrillers o best seller.
Son lenguas transparentes aquellas en las que un grafema solo puede corresponder a un fonema; es decir; que siempre se corresponde de manera directa y unívoca la escritura con la pronunciación.
Esta clasificación proviene fundamentalmente de estudios con población anglo-parlante. El inglés es una lengua muy poco transparente, en la que tener una dislexia de tipo superficial dificulta mucho los procesos de lectura y escritura. Sin embargo una dislexia de este tipo en población española apenas tendría consecuencias en la vida diaria del sujeto y sería difícilmente diagnosticable. Esto podría explicar la existencia de estudios que relacionan una prevalencia de la dislexia con la no transparencia de una lengua: la ortografía de una lengua no haría que existiesen más o menos disléxicos (lo que iría contra la hipótesis genética del trastorno) sino que facilitaría que se diagnosticasen aquellos casos de dislexia predominantemente superficial; lo que no ocurriría en poblaciones de lenguas transparentes.
Variaciones de la dislexia
Según el momento de diagnóstico:
- Dislexia específica: que se manifiesta en el período de aprendizaje de la lectura.
- Dislexia de comprensión: que se manifiesta en períodos posteriores al aprendizaje de la lectura y que no permiten una comprensión óptima de lo que leen.
Una objeción a esta clasificación sería que los disléxicos de comprensión pueden no ser más que disléxicos específicos no diagnosticados. Podría ser que debido a diferentes causas, como por ejemplo una alta inteligencia, hubiesen compensado o enmascarado su trastorno hasta que la creciente exigencia de comprensión de los textos académicos hubiese dejado al descubierto su trastorno.
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